"La Olivicultura Nacional, cuya producción tanto de Aceitunas de Mesa como de Aceite de Oliva se exporta casi en su totalidad (80% aproximadamente), además de soportar elevados costos internos, atraso cambiario, leyes laborales cuyas propuestas modificaciones no repercuten en el análisis de nuestro números, debe enfrentar ahora este desproporcionado incremento que no hace más que agravar una situación que proviene de larga data".
El documento señala que si hace pocos días se ha elevado un pedido para que las industrias electro intensivas como la nuestra tenga una consideración y tratamiento especial sobre las anteriores tarifas, es de imaginar que los nuevos valores, que parten de los anteriores, no es la respuesta que la producción olivícola esperaba ni mucho menos, puede sostener.
"Podrán Uds. verificar nuestro reclamo permanente de una tarifa eléctrica para las regantes agrícolas eléctricamente dependientes junto al registro nacional de regantes de manera que se contemple esta especial característica de producción como se lo ha hecho ya para las industrias y para los usuarios domiciliarios en similar situación", remarca.
Soslayando que las economías regionales de las provincias mencionadas absorben el 60% de la mano de obra temporal del país según las cifras oficiales, y que la inconsulta suscripción del acuerdo Mercosur / Egipto le ha propinado un golpe de casi imposible superación a nuestra actividad, vuelve en poco razonable el incremento aplicado. No debe escapar al análisis que si bien en algunas territorios existe riego por cauces naturales, el caudal de los mismos también debe ser suplementado con el riego mediante pozos y por ende, que consumen energía eléctrica.
Por estos motivos, y porque cuentan las reparticiones de gobierno de incumbencia en la actividad con las cifras de los costos que afrontamos, es que nos dirigimos a Uds. solicitando la inmediata revisión de la medida, adaptando los valores a las reales posibilidades de absorción que las empresas tienen.
Caso contrario, y dentro de un marco que dista mucho de la realidad y aún más, de nuestras expectativas, se deberá asumir la responsabilidad de imposibilitar nuestra producción a punto tal de arriesgar su futuro inmediato.
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