Si se confirmara la tasa de interés del 8,25 por ciento anual que deberá pagar Argentina en cada año de los próximo cien, el ministro Luis Caputo, ex Deutsche Bank y JP Morgan, concretará la operación financiera más rentable para… los grandes fondos de inversión internacional. Es una tasa ruinosa para el país, al comprometer las finanzas nacionales a pagar intereses muy altos en un plazo ultralargo. Otro país latinoamericano que colocó deuda a 100 años fue México, consiguiendo una tasa de 5,75 por ciento anual. En Europa varios países han emitido ese tipo de títulos a tasas que no superan el 3 por ciento anual. Francia, Bélgica, Irlanda, Suiza e Italia han salido al mercado financiero con bonos a 50 y 100 años. Irlanda y Bélgica se han comprometido a pagar una tasa de 2,35 por ciento anual en papeles a 100 años. Caputo acuerda con los bancos una tasa muy lejos de esos parámetros.
Argentina anuncia una emisión de bonos en dólares a 100 años de plazo. pic.twitter.com/s4sEQOggWR
— Ministerio Finanzas (@MinFinanzas) 19 de junio de 2017
Los demandantes privilegiados de esos bonos son fondos de pensión que buscan elevadas rentabilidades por plazos larguísimos. Es un negocio diseñado para esos administradores del dinero de trabajadores esperanzados de obtener una jubilación decente en la etapa laboral pasiva. La dimensión del negocio es tan rentable para los financistas –no para Argentina- que según operadores de la city, luego de difundirse la noticia, en apenas una hora, se habrían generado órdenes de compra por más de 3.000 millones de dólares. Los bancos encargados de colocar la deuda eterna argentina son el Citi, HSBC, Santander y Nomura.
El gobierno de Macri había asegurado que una rápida solución al conflicto con los fondos buitre derivaría en la apertura del mercado de capitales y una baja sustancial de la tasa de interés. Sólo se verificó lo primero, que era lo único que le interesaba a los financistas. Argentina sigue pagando una tasa muy alta en comparación con otros países latinoamericanos, la misma situación previa a la capitulación a los pies de los fondos buitre en el tribunal del juez Thomas Griesa.
El festival de deuda desatado por la alianza Cambiemos deberá ser revisado a futuro, no sólo por la emisión de un bono a un plazo ultralargo eludiendo la opinión del Congreso como exige la Constitución Nacional, sino por haber pactado tasas de interés muy onerosas que limitarán la soberanía y condicionarán los escasos márgenes de autonomía de la política económica. El gobierno de Macri no durará 100 años pero ya está dejando su herencia ruinosa para el país: la deuda eterna.
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