Tras casi un mes de negociaciones entre Cambiemos y los laboratorios nacionales y extranjeros, se dio por descartada la posibilidad retrotraer los precios un 10% y mantener sin cambios los precios de los remedios hasta el 30 de noviembre, como pretendía el Poder Ejecutivo. "El espíritu era que todas las partes pusieran algo para que no se dificultara el acceso a los medicamentos a la población, que es lo más importante; esperábamos una actitud más generosa de parte de la industria", disparó el secretario de Salud, Adolfo Rubinstein, al diario La Nación.
"No hubo posibilidad de acuerdo porque Cilfa y Caeme [las cámaras que agrupan a los laboratorios nacionales y extranjeros, respectivamente] empezaron con dilaciones y chicanas, introduciendo en la discusión el ensanchamiento de la brecha entre los precios de los remedios que compra el PAMI [más baratos] y el resto", expresó Rubinstein.
En tanto, los laboratorios nacionales rechazaron las críticas al señalar que "no es cierto que no hubo voluntad”. “Las condiciones de volatilidad macroeconómica inviabilizaron la posibilidad de concretar un acuerdo, sumado al tema de la deuda de la seguridad social acumulada con la industria, que conforman un cóctel imposible de abordar", agregaron.
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