La recesión fue dispar. El comercio y la industria fueron los sectores que más cayeron: un 5 y un 4,4%, respectivamente. También la hotelería y gastronomía (-1,3%) y la construcción (-0,7%).
Pero en el otro lado, la explotación pesquera subió un 13%, seguido de la intermedicación financiera (bancos) un 7,1%. Los bancos son los grandes beneficiarios de la devaluación y las altas tasas de interés que paga el Estado, precisamente, para evitar que los pesos se vayan a la divisa norteamericana.
Luego, el sector agropecuario ascendió un 2,2% y el sector de electricidad, agua y gas, con un 3,3% interanual.
Todos ellos han sido grandes beneficiarios del Gobierno. Con tarifazos, altas tasas de interés y recortes de impuestos, aumentaron sus ganancias y lograron sortear la crisis que atraviesan asalariados y pymes.
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