Doña Lala tiene 88 años, vive en una humilde vivienda en Los Plátanos que se le inundó con las tormentas de las semanas pasadas. Es jubilada, gana la mínima y en los últimos días dejó de comer porque no alcanza a pagar la luz y el gas.
"No puedo pagar la luz y por eso dejé de comer algunos días. Hay que guardar la plata", dijo la mujer en una entrevista con Justo Lamas en C5N.
Hace poco se instaló cerca de su casa un comedor al que asiste para comer. "Estos son enviados por Dios", dijo.
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