Por eso, el mes que viene, cuando se conozca la inflación de noviembre, terminará de corroborarse que la suba de la inflación trepó por encima del salario de los bancarios y deberá aplicarse la cláusula gatillo. El gremio que conduce Sergio Palazzo acordó un incremento del 19,5 por ciento para este año, más un 4 por ciento por la pérdida del poder adquisitivo en 2016. Ese 4 por ciento no se incluye en el cálculo que dispara la cláusula gatillo, informó ambito.com.
Al superarse el porcentaje acordado por La Bancaria, se deberá hacer un ajuste de los sueldos en igual medida y cualquier adicional que sume la cláusula gatillo deberá ser retroactivo al 1 de enero. Ésto quiere decir que cuando la inflación suba en noviembre y diciembre, los salarios deberán hacerlo en igual medida y cuando finalice el convenio, se deberá aplicar la retroactividad de esos ajustes como si hubieran tenido lugar desde el 1 de enero.
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