Martínez también fue intendente de la capital durante la presidencia de Arturo Illia y tras la experiencia nacional volvió a la función pública con De la Rúa como presidente para ser embajador en Perú. A partir de entonces se lo veía participando en homenajes a la democracia, a Alfonsín y a Hipólito Yrigoyen. De hecho, fue hasta sus últimos días presidente honorario del Instituto Nacional Yrigoyeneano, entidad reconocida oficialmente.
Días atrás, el intendente de Córdoba, Ramón Mestre -hijo homónimo de otro fallecido líder de Línea Córdoba- le llevó en mano la distinción municipal “Democracia de la República Argentina”, una escultura de las manos de Alfonsín. Dejó un legado de más de 30 libros sobre temas políticos y de derecho minero, la especialidad a la que se abocó como profesor en la Universidad Nacional de Córdoba.
Su hijo Víctor le dijo anoche a Clarín: “Estoy muy orgulloso por la humildad y honradez con la que llevó adelante su vida”. La Municipalidad de Córdoba dispuso tres días de duelo por su fallecimiento y diversas figuras del radicalismo manifestaron las condolencias a sus familiares. Entre ellos, el cordobés Mario Negri, jefe del bloque de diputados.
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