El cese de la huelga fue dispuesto anoche tras una reunión con autoridades del ministerio de Trabajo provincial, pero poco antes de la madrugada los delegados de la UTA Córdoba decidieron retomar el paro sin acatar la conciliación, para pedir que se dejen sin efecto los despidos.
Esta mañana, sin embargo, unos 400 choferes se presentaron a trabajar en forma normal y salieron con sus colectivos a las calles.
"Esto es un quilombo", resumió el delegado Marcelo Marín cuando le preguntaron si se había quebrado el paro, mientras el secretario de Interior de la UTA nacional, Jorge Kiener, volvió a fustigar a los sindicalistas de base al llamarlos "tarados" y dijo que esperaba "que los mismos trabajadores se junten en asamblea y los destituyan".
Cerca de medio millar de colectivos circulaba hoy en Córdoba con custodia de policías y gendarmes, y en forma gratuita hasta las 21, de acuerdo al operativo de emergencia dispuesto por el intendente Ramón Mestre.
El jefe comunal también se mostró inflexible al asegurar que los trabajadores de la empresa de transporte municipal Tamse "que están despedidos seguirán despedidos" y reiteró que "los días no trabajados no se van a pagar".
Las declaraciones de Mestre volvieron a generar el repudio de los delegados sindicales que, según Marín, "no vamos a dejar un solo trabajador de la empresa Aucor en la calle y vamos a trabajar por todos" los demás.
Las negociaciones que realizaron anoche el gobierno de Córdoba y los choferes fracasaron a última hora y, según fuentes sindicales, se esperaba una nueva convocatoria del ministerio de Trabajo provincial para que las empresas y la UTA vuelvan a reunirse para destrabar el conflicto en el transporte urbano.
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