Romina Balaguer, de 35 años, enfrentó a su padre biologico en un restaurante de la localidad de Olavarría, donde estaba comiendo. Decidió filmarlo con su celular y logró a que admitiera que había abusado de ella. "Uno tiene cosas malas en la cabeza", quiso explicarle el hombre.
Antonio Cisneros, de 66 años, intenta disimular la situación en la mesa mientras su hija, llorando de colera, revive todos los hechos que sufrió en su niñez. Romina denunció el delito que afectó toda su vida (pesa 40 kilos y está bajo tratamiento) y que guardó en silencio, porque el abusador la amenazaba con matar a su madre y a su hermano si hablaba.
El abusador comenzó a manosear a Romina presuntaente desde bebe, continuó durante su infancia, cuando la llevaba a su habitación de noche, mientras su mujer trabajaba en tareas de limpieza fuera de la casa. Romina recuerda que más tarde, cuando su madre dormía, la llevaba a un descampado y la arrojaba sobre el pasto para penetrarla, Después, la limpiaba y la devolvía a su habitación. La madre, al enterarse de lo sufrido por su hija, intentó convencerla de que no lo hiciera público.
Los padres de Romina se separaron en su adolecencia. Ella se quedó con su madre, pero visitaba a su abusador y robaba comida para llevársela porque estaba desocupado. Recién a los 19 años pudo poner fin a la relación de abuso.
El hombre residia en el Hotel Argentino de Olavarría, pero desde que comenzó a difundirse la información dejó el lugar y se ignora su paradero.
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