El techo de la Casa Rosada será, en pocos meses, una huerta llena de verde. El proyecto, pergeñado por el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, tiene como responsable a la arquitecta Ana Volpato, subsecretaria de políticas alimentarias del Ministerio de Desarrollo Social y responsable del programa Pro Huerta, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). ¿Cual es el objetivo? Sumarse a la movida internacional de “techos verdes” que es furor en el mundo, y a la vez abastecer de verduras y hortalizas a los 700 empleados y visitantes que utilizan el comedor de la Casa Rosada todos los mediodías.
“Decidimos hacer la prueba y con la ayuda de expertos del programa ProHuerta, vamos convertir el techo de la Casa Rosada en una huerta. Una huerta con sistema hidropónico (con las raíces recibiendo agua y minerales) con la que abasteceremos a nuestro comedor con verduras orgánicas”, confirma De Andreis, un verdadero “fan” de la movida. De hecho, fue autor en 2012 de un proyecto de ley para estimular la construcción de espacios verdes en techos y terrazas porteños cuando era legislador porteño. La Ley 4428 que de allí surgió determina que los edificios que tengan estos espacios verdes en sus azoteas obtengan ventajas impositivas.
Los ejemplos que manejan en la Casa Rosada vienen del primer mundo. "Bell, book and candle", por ejemplo, es un restaurante de New York que tiene una huerta con 60 columnas donde cultiva los vegetales que sirve a sus clientes. El sistema que se utilizaría en la Casa Rosada (con más de cinco mil metros cuadrados de superficie) sería similar, a fin de no recargar de peso al edificio presidencial.
Sin salir de los Estados Unidos, el aeropuerto O´Hare de Chicago tiene su propia huerta de columnas aeropónicas de 26 torres con más de 1.100 plantas.
Desde el departamento técnico del INTA explican que los techos verdes tienen tres grandes ventajas: mejoran la calidad del aire de las ciudades, las vuelven más frescas reduciendo el consumo de energía, y mejoran la absorción de agua, polvo y ruidos en los grandes centros urbanos. La fiebre por la producción natural de frutas y verduras abarca a buena parte del Gobierno: la propia primera dama, Juliana Awada, presentó el viernes su propia huerta en la quinta presidencial de Olivos, con el presidente Mauricio Macri como testigo y también con la asesoría de técnicos del INTA.
¿Qué se cultivará? “Berenjenas, tomates, ajíes, hierbas y verduras de hojas”, responden desde Balcarce 50. Y aclaran: “Sólo no se pueden plantar aquellos que crecen bajo tierra, como las cebollas o las zanahorias”.
Todo está listo para arrancar, en marzo próximo con el proyecto. El histórico techo de la Casa Rosada, con su improvisado helipuerto incluido, quedará debajo de la huerta de Cambiemos.
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