Si bien los voceros del ministro de Hacienda y Finanzas se negaron a brindar información a LPO, el diario La Nación informó que el proyecto contempla un incremento del 35% actual hasta el 40 o 45% de las alícuotas máximas. O sea: El Gobierno de Macri reincide en su estrategia económica que tiene a la clase media y media alta como jamón del sandwich.
Para que se entienda: Desde que asumió Macri todas las medidas que tomó fueron o bien transferencias directas a los sectores de menores ingresos, como aumento en planes sociales, tarifa social y jubilaciones o enormes beneficios a los sectores más concentrados de la economía: eliminación de retenciones al campo y la mineras, por ejemplo. Mientras tanto, la clase media -votante histórico del PRO- sufrió el impacto directo de la inflación, los tarifazos, sin ningún paliativo.
Ahora, ante la discusión por ganancias, el ministro Prat Gay parece decidido a profundizar esa política, los asalariados que mejor ganan no sólo no recibirán una baja del impuesto sino que se lo aumentarán. Y hay dudas sino sucederá lo mismo con los profesionales -abogados, contadores, arquitectos, médicos, etc- que facturan y son responsables inscriptos.
Como las escalas están retrasadas, al menos que se eleven mucho el impacto de este incremento podría recaer en pequeñas y medianas empresas que operan también bajo esa categoría y que este año fueron golpeadas por la recesión.
En paralelo habría un incremento de sólo el 17% en el mínimo no gravado por Ganancias, que es de 30 mil pesos y la oposición quiere subir a 48 mil y a 60 para jubilados.
En medio de la falta de información de Hacienda, fuentes de la Casa Rosada afirmaron a la agencia DyN que las alícuotas no impactarán en las pymes sino en “salarios en relación de dependencia” altos.
O sea, según esa versión, el Gobierno aumentaría el mínimo no imponible a los salarios más bajos y lo financiaría aumentándole el impuesto a los haberes más elevados. Un golpe por elevación a la CGT, que rechaza todo impuesto a los salarios y a la oposición que este martes, liderada por Sergio Massa, propuso financiar esa baja aumentando los impuestos a los sectores que el macrismo se niega a tocar: el juego, las mineras y las finanzas.
La posición de Massa que acompaño el GEN de Margarita Stolbizer, el Bloque Justicialista de Diego Bossio, los socialistas y los progresistas de Victoria Donda, indica que difícilmente el Gobierno consiga los votos para la propuesta que quiere imponer Prat Gay y en tal caso el proyecto quedaría empantanado en comisiones.
Pero antes de eso, el Gobierno deberá evitar que Massa y los otros sectores logren aprobar este jueves su proyecto para aumentar el mínimo imponible a 48 mil pesos, en una sesión especial convocada a tal efecto.
Hábil, el tigrense incluyó decenas de proyectos sobre el tema presentados y algunos tienen dictamen y por lo tanto podrían modificarse en el recinto y aprobarse con mayoría simple. Para el resto son necesarios dos tercios, una cifra sólo posible con diputados de Cambiemos.
En el oficialismo no creen que Massa será capaz de aprobar de prepo un nuevo régimen de ganancias y algunos confían en que el kirchnerismo se resista a colaborar. Tuvieron un mensaje favorable: ningún diputado del FpV firmó el pedido de sesión especial.
El oficialismo pedirá otra sesión con temas pendientes para el miércoles pero la acción será el día siguiente, cuando además de Ganancias la oposición quiere debatir la Emergencia Social.
El Gobierno recién giró este mediodía el proyecto aprobado del Senado y por la noche los diputados del Movimiento Evita habían pedido una extensión del temario del jueves para tratarla. Están dispuestos a un largo debate.
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