La propuesta que está en la mesa de discusión es la de aplicar una reducción en los valores actuales de las cuotas y diferir el pago de ese descuento en un plazo mayor a los 84 meses que establecen los planes. La idea es que la extensión del período extra no supere los 12 meses. Una salida al estilo de la aplicada con los créditos UVA.
En donde no hay acuerdo es en el porcentaje de bonificación que se dispondría en las cuotas de los planes de ahorro. Aquí el problema no es sólo entre el Gobierno y las terminales sino entre las mismas empresas ya que cada una tiene una posición distinta. Es más, hasta hace unos días, desde algunas terminales descartaban la posibilidad de descuentos. Ahora, la situación cambió y reconocen que habrá bonificación transitoria de cuotas. La discusión pasa por el nivel de la misma. La decisión de fijar una quita determinada de descuento tiene que ver con la política comercial de cada automotriz y eso, por los estatutos de cada empresa y decisión de las casas matrices, no puede ser discutido con la competencia. Esto complica el acuerdo porque no es viable que cada terminal ofrezca un descuento distinto. “Todas tendríamos que tener la misma bonificación” señaló un directivo de una terminal. Si bien todavía no está definido ese porcentaje, en las negociaciones se maneja una bonificación de entre 15% y 25%.
Además de este tema que es, sin duda, el más importante, quedan pendientes otros puntos que tienen que ver con la implementación. Por ejemplo, si la adhesión a este beneficio es de manera optativa. Ante el incremento de las cuotas, muchos suscriptores dejaron de pagar o se atrasaron en las cuotas. Quienes están al día pueden no querer este beneficio y seguir con el plan original. Hay que tener en cuenta que para retirar un vehículo, una de las condiciones es el cumplimiento estricto de los pago. Extender un año el plan puede significar que se demoré ese plazo la adjudicación. También falta definir quienes se pueden adherir y de qué forma. Para eso, se está pensando en facilidades para reincorporarse. En el esquema actual, el que dejó de pagar las cuotas tiene que cancelar la deuda en un solo desembolso para estar nuevamente activo. Se buscaría la forma de hacer su reingreso menos costoso.
El conflicto con los planes de ahorro se desató con las sucesivas devaluaciones que empezaron en abril del 2018, los 0km aumentaron alrededor de 200%, según los valores oficiales, como consecuencia del salto del dólar. Lo mismo sucedió en otros sectores. El problema es que, como establece el contrato, la cuota se calcula en base al valor del 0km. Sin embargo, para sostener la demanda, las terminales y concesionarias ofrecen descuentos de más de 20% por pago al contado pero ese beneficio no se trasladó a los planes. Esto provocó que cientos de suscriptores reclamaran ante la Justicia por este trato discriminatorio lo que motivó que se dictaran varias cautelares para frenar la suba de las cuotas o retrotraer los valores. Hay que tener en cuenta que cerca del 30% de las ventas de 0km se hacen mediante planes de ahorro. En las empresas aseguran que una medida de este tipo haría quebrar el sistema. Además, apuntan a la recuperación del poder adquisitivo de los salarios. El impacto de las cuotas se sintió con fuerza debido a que los salarios vienen atrasados respecto al valor de los 0km. "A partir de ahora, que se están cerrando los acuerdos de paritarias, se espera una mejora en los ingresos que se acomode, en parte, al valor de bienes como los 0km", señalaron desde otra automotriz.
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