Una de las primeras reacciones en voz alta fue la del mandatario de Santa Fe, el socialista Miguel Lifschitz, quien sin medias tintas enfatizó hoy que “obviamente esto paralizará la actividad económica” y que “eso tiene un impacto directo después, en la recaudación de tributos provinciales y nacionales que se coparticipan”.
“Estamos muy preocupados analizando la situación; permanentemente se agregan nuevas disposiciones”, remarcó. Y resaltó que están “atentos a la situación social”.
Se trata de un nuevo capítulo de la tensa relación entre el Gobierno nacional y las provincias tras las PASO del 11 de agosto, a partir del lanzamiento por parte de Mauricio Macri de medidas pro consumo y en pos de la pax cambiaria que impactan en la coparticipación que reciben los gobernadores.
Ese pesado mix previo incluyó la suba del mínimo de Ganancias y cambios en monotributo y autónomos, y la quita del IVA a alimentos de la canasta básica (un paquete que ya 15 provincias lo judicializaron en la Corte), el congelamiento de los precios de los combustibles (impacta en regalías pero hay abierta una negociación) y la reprogramación de Letes y Lecaps (afecta a una decena de provincias, y ahora en Nación buscan excluirlas de ese impacto).
Los dichos de Lifschitz grafican la preocupación entre los gobernadores, que se reflejó hoy en los despachos de ministros de Economía provinciales consultados por Ámbito Financiero.
“El problema sigue siendo la caída de ingresos”, señaló uno de los funcionarios económicos, con la mirada puesta sobre todo en la recaudación de Ingresos Brutos en el plano provincial, y del IVA en el plano nacional (que se coparticipa), atados a la actividad económica y el consumo.
“La preocupación es que se enfríe más la actividad”, coincidió otro de los funcionarios económicos, y lo atribuyó “a la incertidumbre, básicamente”.
En esa línea, enfatizó la necesidad de que el Gobierno de Macri adopte con urgencia un “paquete de medidas” para las provincias, que incluya -entre otros ejes- una refinanciación de deudas con el Gobierno nacional “en todos sus estamentos”.
Y apuntó a la provincia de Buenos Aires, que lidera María Eugenia Vidal. “Buenos Aires está muy complicada, y puede ser la que marque tendencia en las dificultades”, dijo.
No obstante, reconoció que el control de cambios era una medida que la Casa Rosada debía adoptar, porque -dijo- “quedarse sin reservas iba a ser terminal”.
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