
Tagliaferro llegó a la intendencia de Morón en 2015 de la mano de su todavía esposa María Eugenia Vidal, con la consigna de terminar con “la corrupción” y la “política clientelar” del kirchnerismo. Pero la crisis económica social que produjo la gestión del presidente Mauricio Macri y que acompañó Vidal en la provincia también amenaza con arrastrar a la derrota al cuestionado Tagliaferro. En las Paso, Ghí le sacó una luz de 6 puntos de ventaja y el jefe comunal macrista recurre a todas sus artes para descontarla y mantener el control municipal en medio de la debacle oficialista.
Uno de los camiones de la Secretaría de Obras Públicas cargados de colchones acumulados en la sede de Bienestar Social de la comuna, fue filmado y fotografiado por los vecinos cuando iba al Barrio Ibáñez, en la periferia del distrito para que los punteros del oficialismo lo repartan en busca del voto para su jefe.
También fueron fotografiadas las chapas y los tirantes con el sello de “Gestión Ramiro Tagliaferro”, igual que los bolsones de comida que el intendente reparte con el mismo fin: aferrarse al sillón municipal.

Por lo que sospechan que Tagliaferro también cuenta con otros métodos que suma a su propia creación: el Big Data. Que no sería más que el cruce de los padrones de la Anses y electorales, para identificar a quienes no fueron a votar en las primarias.
La utilización de los datos personales de la Anses con fines electorales ya había sido denunciada por distintos sectores oposición, desde que la jefatura de Gabinete de Marcos Peña (el jefe de la campaña presidencial del oficialismo y el impulsor de la implementación de la Big Data en el manejo segmentado de sus mensajes) se los había apoderado para difundir “gestiones de gobierno” a la población. Tagliaferro suma el “clientelismo republicano”.
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