Los archivos incursionan no sólo en las posiciones de los centenares de investigados respecto a los pesticidas, de Monsanto y de los OGM, sino también abarcan informes sobre sus pasatiempos, capacidad de ser influenciados y direcciones y teléfonos personales, según una investigación de prensa.
“Tras un primer análisis, entendemos que ese proyecto haya provocado inquietud y críticas. No es la manera en que Bayer trataría de dialogar con los diferentes grupos de interés y la sociedad, y en consecuencia presentamos nuestras excusas”, escribió el grupo alemán en un comunicado.
El grupo alemán anunció que encargará a una firma de abogados que investigue el caso en todos sus detalles y comunique a todas las personas afectadas la información que se ha recopilado sobre ellas.
Bayer también dijo que cooperará con las autoridades judiciales francesas, que abrieron una investigación sobre las sospechas de investigaciones ilegales por parte del gigante estadounidense Monsanto.
Éste ha desarrollado el glifosato, el herbicida más utilizado en el mundo, que ha sido clasificado como “probable cancerígeno” desde 2015 por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, una dependencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ahora es vendido bajo la marca Bayer.
La actual investigación es el resultado de una demanda presentada por el diario Le Monde y uno de sus periodistas, incluido en los ficheros. La demanda es por el delito de “recopilación de datos personales por medios fraudulentos, desleales o ilegales”.
Monsanto habría encargado las listas a la agencia de comunicaciones Fleishman Hillard, que recopiló informaciones sobre cientos de políticos, científicos y periodistas.
Una tabla también destaca 74 “objetivos prioritarios” divididos en cuatro grupos: los “aliados”, los “aliados potenciales para reclutar”, las personalidades “para educar” y aquellos “para observar”.
Lo que ha pasado “dice mucho sobre los métodos de los lobbistas, (...) hacen espionaje, infiltración, influencia, a veces financiera, se indignó la ex ministra socialista de Medio Ambiente, Ségolène Royal, quien también fue incluida en las listas.
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