Cammesa es una empresa sin fines de lucro cuyos dueños están divididos en cinco accionistas: el Estado -representado por la Secretaría de Energía y con acciones de clase A- y cuatro asociaciones con acciones de clase E, que representan a las empresas generadoras, transportistas, distribuidoras y a los grandes usuarios de energía, queincluye a 72 compañías diversas, entre las que se encuentran Arcor, Loma Negra y Mercedes-Benz, por ejemplo. Cada sector tiene el 20% del paquete accionario.
Cammesa se encarga del despacho del Sistema Argentino de Interconexión (SADI). En otras palabras: compra y ordena a las generadoras despachar sus máquinas, de manera de mantener el equilibrio entre la oferta y la demanda de energía.
Dentro del mercado, las transportistas llevan la energía desde los generadores hasta los distribuidores -por ejemplo, Edenor y Edesur -, y estas empresas distribuyen la energía
y emiten las boletas de luz.
Las empresas de distribución le deben a Cammesa $36.500 millones, de los cuales $17.000 millones corresponde a la falta de pagos en la época del kirchnerismo, cuando las tarifas estaban congeladas y no se actualizaban. Los $19.500 millones restantes son por deuda nueva generada desde 2016 por atrasos en los plazos de pago.
Si bien en este tiempo la tasa de cobro de Cammesa del costo de la energía aumentó del 45% en el pasado a casi el 90%, la deuda generada es mayor por dos razones. Primero, porque el valor de la energía está dolarizado y el precio del dólar aumentó más de un 110% el año pasado. En segundo lugar, porque el precio de la generación subió tras la baja en los subsidios.
Por ejemplo, para un consumo promedio de 300 kilovatios hora (kWh) en el área Metropolitana (AMBA), de los $70 que costaba la energía en 2015, Cammesa cobraba solo $2, según datos oficiales. El resto estaba subsidiado. Ahora, de los $74 que cuesta generar esa cantidad de electricidad, las distribuidoras pagan $50. La deuda se genera sobre la base de la factura que emite Cammesa; es decir, el Estado debe pagar, además del subsidio, lo que las distribuidoras no abonan.
Si bien las empresas de distribución trasladan directamente este costo de generación a los usuarios -son meros pass through, como se dice en el sector-, en algunos casos cuando reciben el pago no se lo depositan a Cammesa, sino que lo retienen.
¿Por qué? Las distribuidoras tienen dentro de sus costos la factura de Cammesa (que incluye la generación y el transporte de energía), lo que cuesta distribuir la energía y la rentabilidad.
Cada provincia es responsable de autorizar los aumentos de tarifas de luz sobre la base de lo que la empresa distribuidora le informa. Sin embargo, hay casos en que, por conveniencia política o por negligencia, los gobiernos provinciales no dejan a las distribuidoras aumentar lo que necesitan.
Y cuando las empresas no pueden cubrir sus costos, al primero al que dejan de pagar es a Cammesa. Un ejemplo concreto es la situación de la Empresa de Distribución de Energía de Río Negro (Edersa), que tiene cinco años de conflicto con las autoridades provinciales por el valor de las tarifas. Mientras tanto, la distribuidora acumuló en los últimos tres años una deuda de casi $2000 millones con Cammesa. En el caso de la distribuidora de Chaco, Secheep, que además es propiedad de la provincia, la empresa le debe a Cammesa casi $4000 millones. Lo mismo ocurre con las distribuidoras provinciales EMSA, de Misiones, que debe $2500 millones, y DPE, de Corrientes, que adeuda $3600 millones. La distribuidora de Mendoza, Edemsa, donde la provincia es dueña del 40%, tiene una deuda de casi $3000 millones, aunque la gobernación y Cammesa ya habrían comenzado a negociar el pago. También hay empresas de distribución privadas que acumulan deudas. Además de Edersa, la empresa Energía San Juan adeuda $720 millones, mientras que la distribuidora de Córdoba, EPE, debe $300 millones. Las cooperativas tampoco se quedan atrás. Las de Trelew y Comodoro Rivadavia deben cada una $1000 millones; mientras que la de Villa Gesell tiene una deuda de $260 millones. Con respecto a la deuda vieja de $17.000 millones, la empresas negociaron pagarla en ocho años a una tasa fija del 10%.
Menos subsidios, más costos
Cuando asumió la actual administración, el Estado subsidiaba la generación, el transporte y la distribución de energía. Actualmente solo se subvenciona la generación. En las tarifas del AMBA, el subsidio equivale al 24% de la boleta, aproximadamente.
Sistema de generación
Por lo tanto, Cammesa les cobra un precio subsidiado de generación de electricidad a las distribuidoras, que, a su vez, lo trasladan directamente a los usuarios.
Aumento de tarifas
Salvo Edenor y Edesur, que todavía son reguladas por el Estado nacional, el resto de las distribuidoras necesita la autorización de los gobiernos provinciales para aumentar las tarifas.
Deuda con Cammesa
Ya sea por conveniencia política para dejar congeladas las tarifas o por negligencia, muchas provincias no permiten a las distribuidoras aumentar las boletas en línea con el alza de sus costos. En estos casos, las distribuidoras le dejan de pagar a Cammesa.
Pagos del Estado
Cammesa debe pagarles a las generadoras por la energía despachada. El costo, cuando las distribuidoras no lo abonan, lo debe cubrir el Estado.
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