- Esto hay que arreglarlo con Claudio – afirma D’Alessio
- ¿Quién es Claudio? - lo interroga Etchebest
- Bonadío
Hablan de dinero, de exigencias de Stornelli transmitidas a través de D’Alessio. “Tengo que arreglar con Claudio”, insiste más adelante en la misma conversación.
No es el primer audio que se puede vincular a Bonadio, pero si el primero que se conoce que lo menciona directamente. En la nota que desató este escándalo, Verbitsky incluyó varias conversaciones que aluden a Bonadío. En una, D’Alessio le cuenta a Etchebest que Stornelli le cobró “un palo ocho” a Paolo Rocca por bajarle la acusación, y queda apenas mencionado Bonadío como que igual lo procesó. Pero al mismo tiempo D’Alessio asegura que estos tipos (el juez y el fiscal) “se hicieron de 10, 12 palos” con la causa cuadernos. Añade que estos tipos (de nuevo, el juez y el fiscal) están preparados para irse en unos años con decenas de millones.
En otra de las conversaciones D’Alessio le cuenta a Etchebest detalles de como se armó la operación cuadernos. Afirma que la digitalización de los cuadernos que nunca aparecieron se hizo a través de un escribano designado por su tío, Carlos D’Alessio. Se trata del escribano general de Gobierno designado por Macri y es una persona de extrema confianza del presidente, al punto de que fue quien le organizó otra de sus tropelías: su falso fideicomiso ciego. La empresa que administra esa parte de los bienes de Macri se llama Seguridad Fiduciaria y fue fundada por Carlos D’Alessio el 19 de octubre de 2001. Macri nunca explicó porqué eligió a dedo a Seguridad Fiduciaria para que maneje parte de su dinero, pero todo queda a la vista. La empresa la recomendó D’Alessio, a quien Macri nombró Escribano General de la Nación el 23 de diciembre de 2015, a los pocos días de asumir la presidencia. Al momento de firmarse el contrato entre Macri y Seguridad Fiduciaria, el 12 de abril de 2016, D´Alessio aún era vice presidente de la empresa. Renunció a la empresa ese mismo día, pero esto recién se publicó en Boletín Oficial el 17 de mayo, más de un mes después. Pero la clave para esta historia es que el escribano de confianza de Macri fue, según su sobrino, quien organizó parte de la maniobra de los cuadernos. Otro punto de contacto con Bonadio y Stornelli, que nunca pidieron ni preservar los supuestos cuadernos y luego dieron por válidas esas fotocopias o escaneos.
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