
Ella conoce a Mauricio Macri desde hace muchos años, incluso antes que fuera jefe de gobierno porteño; lo votó y lo bancó durante casi todo su mandato presidencial. Pero la realidad económica la superó.
En 2015, Barrientos recibía a unas 1500 personas que alimentar. Hoy, el comedor de Villa Soldati alberga a 2800. Casi un 200% más de gente.
"No quiero seguir abriendo comedores, quiero que la gente tenga trabajo, que se ganen el pan con trabajo, con dignidad", dijo Margarita días atrás en una entrevista radial. Y agregó, sobre Macri: "Lo quiero (...), pero la situación está muy difícil y el presidente creo que tiene que cambiar muchas cosas", dijo desilusionada.
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