Las latas tasas de interés aplicadas por el Banco Central primero en las Lebac y ahora en las Leliq como una forma de enfriar la economía y contener la inflación terminó por ahogar a Metalpar. Sin crédito a tasas razonables las empresas de colectivos frenaron en seco la renovación de sus unidades y llevó la empresa a la crisis.
Se prevé que el cierre de Metalpar derrame su correlato de despidos en los empleos indirectos que generaba en sus proveedores entre quienes podrían destruirse alrededor de mil puestos de trabajo.
Metalpar comenzó a operar en el país en 1997 y llegó a producir hasta 12 carrocerías por día. La empresa ya había reducido personal el año pasado pero la profundización de la crisis y el brutal aumento de la tasa de referencia terminó por decretar el fin de sus operaciones.
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