Julieta Prandi acababa de salir del secundario cuando unos primeros trabajos como promotora sentenciaron una vida dedicada al modelaje. La aprobación que recibió dentro del riguroso mundo alrededor de las pasarelas y el afecto que el público siempre le hizo llegar, fueron el capital más importante que Prandi logró trasladar a la pantalla, donde se desempeñó primero en la actuación con algunos papeles en comedia (el más emblemático en el sketch de “La nena” de “Poné Francella”) y luego en la conducción, en la que se lució con programas como “Zapping”, el cual animó juntó a Guillermo “el Pelado” López.
-Para el verano vas a ir Mar del Plata a estar en el clásico anual Mar del Plata Moda Show. ¿Cómo creés que va a ser la temporada en la costa argentina?
-Va a explotar. En general hay muchos espectáculos. Incluso las marcas están apostando más este verano a la costa argentina, que en otros años no lo estuvo haciendo. Con todo lo que está pasando en el país, viajar será complicado así que me parece que va a ser un verano de muchas obras, mucho evento y mucho desfile. Voy a estar junto a Héctor Vidal Rivas el 7 de enero haciendo el Mar del Plata Moda Show de todos los años.
-¿Cómo fue que se dio tu salida del panel de “Incorrectas”?
-Las amo y las extraño a todas. Me llevaba muy bien con todas las chicas y fue un honor trabajar con Moria que es una grande. Sucedió que yo estaba con muchos viajes porque estuve haciendo una gira por todo el interior con mi workshop integral de artistas y además estoy poniendo mi propia academia de modelos por lo que estaba con mucho trabajo y se me hacía imposible estar.
-¿Te quedaste con las ganas de estar un poco más en la pantalla?
-Sí, me encanta la televisión. Empecé como actriz pero lo mío es la conducción. Lo hice por muchos años y me encantaría volver, así que quizás el año que viene se pueda dar otra vuelta a la tv.
-Desde hace algunos años el modelaje se empezó a poner en tela de juicio por las exigencias físicas y de belleza que conlleva.
-No estoy de acuerdo con que haya que cumplir ciertos cánones. Todos sabemos que las modelos deberían ser altas, flacas y bellas, pero la belleza es muy subjetiva y en cada país es muy diferente. No se puede comparar la moda europea con la latinoamericana: son muy diferentes. En Estados Unidos, por ejemplo, las mujeres son mucho más voluptuosas. Acá ya está todo muy mezclado porque hoy una modelo tiene que saber de todas las disciplinas: hace comerciales, es bailarina. En los shoppings y las caras de las marcas no sólo encontrás modelos, te encontrás actrices, vedettes, bailarinas, cantantes. Si sos bailarín y además sabés actuar es un plus.
-Cuando recién arrancabas en el modelaje esto no era así.
-Para nada. Yo empecé en el 2000 y en ese momento estaba terminando la última camada de modelos de 1,80m, entre las que estaban Lorena Ceriscioli, Andrea Burstein, esas modelos que eran quienes quedaban de esa generación. Después vinimos nosotras, que éramos más de 1,75m y 1,70m. Ya después empezaron a mezclarse las cosas. Figuras que salían de la televisión llegaban a la pasarela. La moda ya no invierte tanto en una campaña sino que invierte más en un posteo de alguien famoso o que tiene muchos seguidores.
-¿Creés que hay una susceptibilidad mayor en estos tiempos?
-Sí claro, estamos mucho más sensibles. Quizás las formas anteriores, con el humor como el que hacía Olmedo, en la forma de tratar o hablarle a la mujer era un poco más cosificador con la perspectiva actual. Hoy habría que revisar los guiones para no herir susceptibilidades, pero lo que hacíamos con Francella no tenía malas intenciones y podría salir en televisión.
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