La curiosidad por el precio de la harina surgió en el primer mandatario durante una de sus visitas de campaña a una panadería. Mientras le mostraba el fruto de su trabajo, el dueño se quejaba por las subas que había sufrido la bolsa de harina, su insumo básico.
Hoy, durante las Jornadas de Perspectivas Agrícolas 2018/2019 de la secretaria de Agroindustria, que se desarrolló en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires se hizo vox populi una anécdota que paseó de boca en boca.
Hace unos días Macri se cruzó en Trenque Lauquen con el presidente de Argentrigo, David Hughes, y quiso saber qué pasaba:
—¿Por qué subió la harina?— preguntó.
Hughes intentó minimizar los aumentos y explicó que la harina había acompañado al tipo de cambio.
—¿Pero subió o no? —insitió Macri.
Ninguna respuesta dejó satisfecho al Presidente.
Ahora, la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM) promete enviar una carta a Macri que incluye gráficos donde se explica las causas del alza en la harina.
La carta, revelaron las fuentes, explica brevemente que el trigo, principal producto para la elaboración de la harina, llegó a pagarse en el mercado hasta 11.000 pesos la tonelada por la poca oferta que había.
La industria espera que el Presidente los reciba para acercarle personalmente los motivos en la suba de la harina y tal vez responder al panadero, porque cuando la oferta de trigo se estabilizó la bolsa de harina bajó de 900 a 800 pesos, efecto que no repercutió en el precio del pan.
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