“Repudiar y declarar personas no grata a los miembros de la Misión Técnica del Fondo Monetario Internacional en la Argentina, por atentar contra la soberanía jurídico-institucional del Estado Nacional”, dice el proyecto de declaración que lleva la firma de Elisa Carrió. Aunque ahora vuelve a estar en el centro de la escena política, el rechazo de la diputada al FMI no es actual, sino que data del 11 de abril del 2002. La posición de Carrió hoy es, sin embargo, muy distinta: “Esta acción preventiva me parece maravillosa”, declaró en estos días sobre las negociaciones con el gigante financiero, de la que se mostró enfáticamente a favor. ¿Los tiempos cambian?
“La desesperación del gobierno electo en enero (ndR: el de Eduardo Duhalde) por obtener ayuda financiera externa derivó en la omnnipresencia de los organismos multilaterales de crédito en la vida nacional, imponiendo al país agenda de prioridades que agravan las angustias y necesidades de nuestra sociedad“, comienza el proyecto que, además de Carrió, lleva la firma de José Vitar -hoy en el kirchnerismo- y Alfredo Bravo, fallecido en el 2003.
“Sin embargo, los hechos han llegado mucho más allá de lo tolerable para cualquier Nación que mantenga vivo un sentimiento mínimo de dignidad. Ya no se trata de la mera relación entre el acreedor que impone condiciones al deudor para garantizar el pago de sus acreencias, pasando por alto el agravamiento que estas condiciones generan en el sufrimiento de millones de argentinos. La llamada misión técnica del FMI ha ido mucho más lejos: se transformó en el principal impulsor de una verdadera campaña destinada a evitar que hechos delictivos se investiguen”, dice el texto, en referencia al escándalo que estalló en aquel momento, cuando varios banqueros argentinos aparecieron vinculados al lavado del dinero proveniente del tráfico internacional. Esa serie de actividades ilícitas fueron investigadas por una comisión de la Cámara de Diputados que presidía la propia Carrió y donde estaban, entre otros, Graciela Ocaña. Este proyecto volvió a ser mencionado dentro del Senado: el diputado kirchnerista Darío Martínez chicaneó a “Lilita” por este texto. “¿A qué Carrió hay que creerla? ¿A la de ahora o a la del 2002?”, preguntó.
“Hay una crisis económica y social del país, provocada por el bombeo sistemático de la riqueza nacional hacia los paraísos mundiales de la usura financiera… Esta situación constituye un hecho inadmisible que atenta contra las normas éticas y contra la soberanía jurídica del Estado nacional”, concluye el proyecto, muy crítico del FMI.
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