El mismo escrito señala que el incendio obligó a que el ARA San Juan saliera a superficie, de noche, y en medio de una tormenta.
Controlar ese incidente, sacar el humo y el hidrógeno podría haber llevado horas, en la oscuridad y con clima hostil. Así lo asegura el informe presentado ante el minisro de Defensa, Oscar Aguad.
Según el reporte que filtró el diario La Nación, cuando se pudo controlar la situación, se decidió ir a inmersión con intención de navegar hacia Mar del Plata y seguir trabajando en las reparaciones.
A partir de allí, en algún momento se habría reavivado el incendio o desatado uno nuevo. Otra vez a oscuras y ahora con la tripulación cansada, una nueva explosión podría haber generado descontrol. Ante esa situación, se perdió o se vio afectado el “sistema de gobierno” de la embarcación, que se habría ido hasta el fondo.
Para los expertos, la explosión que se detectó, en realidad fue una implosión y el abollamiento del casco por la presión del agua.
Para llegar a estas conclusiones, los integrantes del equipo analizaron casos anteriores y bibliografía internacional. Además, se reunieron con otros expertos internacionales, con personas que llevaron adelante la reparación de media vida del submarino y mantuvieron contactos con la Organización del Tratado de Prohibición de Ensayos Nucleares (CTBTO, por sus siglas en inglés) que detectó la “anomalía hidroacústica” el 15 de noviembre pasado.
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