Aranguren aprobo un aumento del biodiésel que impactará en el gasoil

El Ministerio de Energía encabezado por Juan José Aranguren dispuso este martes un aumento de casi el 15% en el precio del biodiésel, que compone una décima parte por litro del gasoil, lo que implicará un aumento del precio final de venta al público de este combustible en el orden del 3%. Un nuevo aumento que impactará directamente en los costos productivos, ya que el gasoil es un combustible central en el agro y el transporte, e inmediatamente se trasladará a precios.


El aumento del biodiésel confirmado por la cartera de Aranguren implica un aumento de en el precio final del gasoil de un 1,5%, pero como el ajuste se considera retroactivo a enero la próxima corrección del precio final del combustible estará entre 3 y 4%, ya que las petroleras tienen que pagar el para los dos primeros meses del año y lo que va de marzo.

Hasta este martes el precio por del biodiésel era de 15.106 pesos por tonelada, según se consigna en la web del Ministerio de Energía. Con el ajuste aprobado, las petroleras deberán pagar el biodiésel comprado durante enero a 15.447 (aumento del 2,25%) y el de febrero a 16.524 pesos (9,38% de aumento).

Según informa Silvia Peco en su nota en Ámbito Financiero, las principales empresas del sector combustibles no sabían hasta última hora de anoche cómo proceder con el aumento imprevisto de costos, pero confirmaban que si el sorpresivo incremento se trasladara inmediatamente a precios habría que aumentar el gasoil entre 3 y 4%.

El biodiésel sigue siendo un producto con precio regulado, pero por decisión oficial el mercado de combustibles está desregulado desde octubre pasado y las petroleras pueden aplicar los aumentos que quieran, considerando las fluctuaciones del precio internacional del petróleo y otras variables. También toman en cuenta las variaciones del tipo de cambio, que continúa sumando presión. Desde el último aumento de YPF del 5 de febrero, el dólar ya aumentó más de un 4%, el barril de petróleo Brent bajó un 2,7% y los precios al consumidor  se incrementaron entre un 2 y 3%.

Con el nuevo aumento de un precio regulado como el del biodiésel, el Gobierno sumó una importante variable para un combustible tan central para la producción como el gasoil, pero en un mercado completamente desregulado seguramente este aumento no vendrá solo y lo acompañarán alzas en el resto de las naftas. Y es indiscutible que los aumentos en los combustibles se trasladan automáticamente a precios, aumentando la presión sobre un objetivo inflacionario del 15% para 2018 que ya ningún sector económico considera alcanzable.