"La Iglesia no podría prescindir de eso", apuntó el alto funcionario de la Iglesia y resaltó que es "un aporte importante".
Al tiempo que criticó a sus propios fieles en una entrevista en Radio Continental: "Hay una deseducación (sic) en los fieles católicos que no aportan. Uno se fija en lo que es la limosna en la misa, en el momento del ofertorio se hace una colecta, esa colecta suele ser miserable".
El arzobispo remarcó que la Iglesia gasta ese dinero en "darle a los pobres" y confesó: "Tengo clientes fijos y sacerdotes a los que le doy cuando les falta. También (gasto) en pequeñas cosas mías".
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