Juan García, del Partido del Obrero, grafica y explica el cambio: el monto actual de la Asignación Universal por Hijo es de 1243 pesos. Con el índice actual se calcula que pasaría a 1743 pesos a fin de 2018. Con el aumento por inflación, pasará solamente a 1578 pesos. A esto se agrega el adicional equivalente al 5% del crecimiento del PBI, lo que implicaría, para un crecimiento de un 2% en seis meses, un 0,1%. Sobre el actual monto de la asignación, sería un peso con cincuenta extra (alcanza para comprar tres caramelos).
“Estos tres caramelos fueron los que los gobernadores esgrimieron como un gran avance porque las jubilaciones y asignaciones familiares se ajustarían “por sobre la inflación””, dice García.
“El ajuste de la Asignación por Hijo (que reciben 3,9 millones de personas) por inflación implicará una desvalorización de la misma en términos reales, dado que la mayor parte de la asignación se utiliza para comprar productos de la canasta básica, cuyo aumento de precios ha sido muy superior al índice general de inflación”, sostiene.
“Se trata de un golpe brutal a la olla de los niños, el 47,7 por ciento de los cuales en la Argentina están por debajo de la línea de pobreza”, asegura.
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