Es posible que no haya comprendido la pregunta. O simplemente que la haya interpretado a su manera. Con apenas 7 años, logró que miles de personas alrededor del mundo discutan el enunciado de las cifras sucesivas, el mismo que ocasionó que la Real Academia Española (RAE) levante la voz y pronuncie su parecer.
"Escribe con cifras los siguientes números", le pidieron al niño en un ejercicio escolar. Y sus respuestas fueron las siguientes:
Diez: 11
Noventa y ocho: 99
Ochenta y uno: 82
Sesenta y seis: 67
Treinta: 31
El niño interpretó "los siguientes números" como las cifras sucesivas inmediatas, en vez de las cantidades exactas que aparecían escritas con letras. El profesor, al corregir el problema, trazó una enorme X en rojo sobre las respuestas del estudiante.
El ejercicio y la posterior reacción del profesor generaron una extensa controversia, al punto de que el padre del niño decidió compartir lo sucedido en su cuenta de Twitter.
En menos de 48 horas, el tuit logró más de 6.000 respuestas y fue compartido 57.000 veces. La polémica se instaló en torno a la interpretación que hizo el niño del enunciado escrito por su profesor. Fue el adulto el que, a través de la X en rojo, expresó que en su parecer, la respuesta del menor era equivocada.
"El niño lo entendió de forma literal, pero yo creo que tiene aptitudes matemáticas y ese horrible tachón rojo se las puede frustrar. El profesor es el que no las tiene pedagógicas. Qué pena", escribió una usuaria en Twitter. "Tal como está redactado el ejercicio, la interpretación natural es que se escriban en cifra los números que se citan a continuación", sentenció la RAE, aclarando que su posición fue tomada "desde la perspectiva puramente lingüística".
#RAEconsultas Tal como está redactado el ejerc., la interpretación natural es que se escriban en cifra los núms. que se citan a continuación— RAE (@RAEinforma) 18 de octubre de 2017
Entre las miles de reacciones, la anécdota del estudiante de siete años recordó a un usuario al dibujo infantil de un elefante devorado por una boa al que todos los adultos veían como un sombrero. Ese es el célebre inicio de “El principito”, de Antoine de Saint-Exupéry, el cual expresa el relato de una persona que dejó de dibujar muy joven porque los adultos no entendían sus obras.
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