El campo fue uno de los grandes beneficiados desde que comenzó la gestión de la alianza Cambiemos, ya que se le sacó las retenciones a todas las exportaciones menos a la soja, a la que le redujo la alícuota en 5 puntos, se levantó el cepo y dejó el dólar en torno a los 14 pesos.
El año pasado, el sector pagó 67.180 millones de pesos en retenciones. Si no se hubieran anunciado cambios, el complejo hubiera tenido que afrontar el pago de 115.195 millones de pesos. De modo que esa medida implicó una transferencia de recursos desde el conjunto de la ciudadanía hacia los empresarios del agro de 48.015 millones de pesos en el año, según calculó CEPA en un informe anterior.
Las cifras de la evolución histórica de la liquidación de divisas en los meses de abril y mayo son elocuentes: 2013 los exportadores liquidaron 6323 millones de dólares, en 2014 la cifra bajó a 6151, en 2015 a 4792 y en 2016, luego de la devaluación, trepó a 5154 millones. Ahora, esa cifra volvió a retroceder hasta alcanzar un piso de 4344 millones de dólares, un 15,8 por ciento menos que el año pasado y un 9,4 por ciento que en 2015. “En los períodos previos a cada devaluación se manifiesta, como contracara, una fuerte retención de cosecha protagonizada por grandes exportadores”, advierte el informe del CEPA elaborado por Hernán Letcher y Julia Strada, y publicado en el diario Página 12.
Desde enero del año pasado, el dólar ha venido subiendo por debajo de los precios, situación que en los últimos meses se combinó con una caída de la cotización internacional de la soja. Por lo tanto, los exportadores han vuelto a la carga para forzar una nueva devaluación del peso.
En relación a esto, el Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano advirtió que el tipo de cambio real cayó 1,4% en abril y el atraso cambiario ya llega a 28,1% con relación a diciembre de 2015. Si se aplicase este aumento, el dólar pasaría de valer $16,15 a $20,68.
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