
Allí, economistas de la entidad, casi desde un lugar académico, intentar refutar ciertos temas que son comidilla en el mercado financiero.
No es la primera vez que lo hacen. El joven ejército de economistas del Central salió a defender, vía el blog, el cambio de medición de inflación que el banco va a realizar en junio. Dejará de tomar el IPC GBA y medirá el éxito de su política (o sea si la inflación llega al 17%) en base al IPC Nacional.
Esto, obviamente, despertó suspicacias entre los especialistas porque se estima que en el índice nacional se va a licuar el aumento de tarifas y servicios que se dará en la zona metropolitana.
Desde ese refugio, el Central salió a decir que no es claro que el IPC Nacional vaya a ser menor que la medición anterior, y que -según sus estadística- incluso es muy probable que den igual.
O sea, desmintió que el cambio que van a hacer sea para acercar la tasa de inflación a su meta.
Pero, en su última aparición en “Ideas de Peso”, los Sturzenegger boys salieron a bajarle los decibéles a otro tema caliente de la agenda: la “bicicleta financiera”.
Técnicamente llamada carry trade, es la operación financiera de moda que más se hace en la Argentina. Consiste en: vender dólares, pasarse a pesos y ponerlos a rendir apostando a las tasas altas, para luego volver a dólares y obtener una mega ganancia en moneda dura.
En su paper, los economistas del Central Daiana Blanstein, Lucas Gimenez, Diego Lopez Airaghi y Nicolás Salvador, ponen en duda que realmente exista en el mercado argentino actual lo que se llama “bicicleta financiera”.
Reconocen que sólo a principios del año 2016 existió “durante un breve lapso”, un diferencial de precios que permitió el “arbitraje” debido a diversos factores. Entre ellos, nombran:
-El desarme de posiciones récord compradas hacia fines de 2015 en los contratos de futuros de Rofex
-Un mercado con ciertas restricciones cambiarias y a los movimientos de capitales
-Un continuo flujo de capitales proveniente de inversiones extranjeras con la expectativa de un tipo de cambio estable y por la percepción de mejores condiciones macroeconómicas e institucionales de la Argentina
“No obstante, a medida que el BCRA introdujo cambios en la instrumentación de la política monetaria y se fue normalizando el mercado cambiario, las oportunidades de arbitraje fueron disminuyendo, dándose una convergencia hacia la paridad cubierta de tasas de interés, la cual sugiere una mayor eficiencia y profundidad del mercado”, dicen los técnicos de la entidad para tratar de explicar que ya no hay tanto para pedalear.
La cuenta que hacen en es que a la hipotética ganancia que hace el inversor al pasarse a pesos y apostar por la tasas, y luego volver al dólar, habría que descontarle el costo de “cubrirse” en el mercado de futuros de dólar.
Claro, así el inversor tendría certidumbre al momento de entrar (o sea vender sus dólares para irse a pesos) y al salir (momento de vender los pesos y comprar dólares a un tipo de cambio más incierto).
¿De qué se habla entonces cuando se hace referencia a la bicicleta financiera en Argentina? En el blog del Central, dicen que “se habla de posicionarse en pesos, sin cobertura cambiaria, especulando a que el tipo de cambio se mantenga estable”.
“Pero esta apuesta es sustancialmente diferente”, consideran, ya que refiere a una operación que no neutraliza el riesgo cambiario.
“Con lo cual, obtener un mayor rendimiento en dólares invirtiendo, por ejemplo, en Lebac, solo podría concretarse si esa expectativa inicial de tipo de cambio estable se materializa. ¿Pero se ha materializado? Esta es una pregunta interesante que amerita un post en sí mismo…”, deslizan los economista de Sturzenegger.
Mientras tanto, el mercado no parece coincidir con ese diagnóstico. Más allá de que quienes compran las Lebac no hagan contratos a futuro, es claro que se basan en expectativas de mercado que prevén, simultáneamente, un enlentecimiento de la tasa devaluatoria y una suba de tasas de interés. El propio Relevamiento de Expectativas Económicas del Banco Central reflejó en su última edicióni una corrección a la baja en la cotización del dólar esperada para fin de año.
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