Según publicó Clarín, la deuda fue una de las sorpresas que recibió Felipe Solá cuando llegó a Cancillería y realizó un balance de la gestión de su antecesor, Jorge Faurie. “La morosidad afecta la representación de Argentina en los organismos”, dijeron al matutino desde Cancillería. Es que los interereses de la deuda, que equivale a 9500 millones de pesos, siguen acumulándose porque desde 2017 que no se registran pagos totales, solo pagos mínimos “para evitar sanciones”, explicaron.
El informe oficial, al que tuvo acceso el medio, denuncia que la gestión anterior dejó sin pagar las cuotas por membresías en la ONU, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Internacional de Trabajo (OIT), la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), entre otras. A su vez, también se registró una mora en los pagos a la Corte Penal Internacional (CPI), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el PARLASUR, el Instituto Social del MERCOSUR, la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) y la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR). Además, según detallaron desde Clarín, otros pagos pendientes son los correspondientes a los trabajos de dragado en el Río de la Plata (CARP) y en el Río Uruguay (CARU).
En este sentido, justo antes de finalizar el año, el jefe de Gabinete dispuso una modificación presupuestaria -a través de la decisión administrativa 03/19- para gestionar el pago de parte de la deuda. Fue un desembolso de 40 millones de dólares.
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