“A medida que la profunda consolidación fiscal genere pérdida de empleo y un menor nivel de consumo e inversión”, el producto bruto interno de Argentina, al igual que todos los indicadores económicos, caerán, según el informe.
La entidad, que quedó descabezada esta semana tras la sorpresiva renuncia de Jim Yong Kim a la presidencia, publicó su informe de perspectivas económicas mundiales que difunde cada principio de año. Solo el título ya marcó el tono general del reporte: "Cielos que se oscurecen".
Al analizar América Latina y el Caribe, el BM señaló que, durante este 2019, la economía crecería un 1,7%, después de haber permanecido estancado en el 0,6% durante todo el año pasado. Puntualmente, mientras Argentina viene de una contracción del 2,8% por las sequias y las políticas restrictivas en materia monetaria y fiscal, en Brasil se espera una expansión del 2,2% para este año, tras la aceleración del crecimiento durante el 2018.
En cuanto al panorama mundial, el informe augura una caída del crecimiento del 2,9%, en medio de crecientes riesgos adversos del panorama económico. Este resultado está acompañado de la caída del comercio internacional y la actividad manufacturera, las altas tensiones comerciales y las presiones de los grandes mercados emergentes.
El Banco Mundial rebajó en su informe el pronóstico de crecimiento para la economía global debido a "las tensiones comerciales, la debilidad en la actividad manufacturera y las crecientes presiones financieras en los mercados emergentes", entre los que se encuentra la Argentina. La agencia, que tiene como uno de sus objetivos el combate contra la pobreza, ahora prevé que la economía mundial crecerá 2,9% en el 2019, levemente menor al 3% que previó en junio.
A pesar de que aún se mantendría con números positivos, sería el segundo año consecutivo de desaceleración en el crecimiento. La economía global se expandió 3% el año pasado y 3,1% en 2017. "El crecimiento mundial está desacelerando, y los riesgos van en aumento", dijo Ayhan Kose, economista del Banco Mundial que supervisa los pronósticos, en una entrevista. "En el 2017, la economía mundial básicamente avanzaba a toda marcha. En el 2018, los motores comenzaron a fallar".
El reporte del Banco Mundial, alineó sus proyecciones sobre la economía argentina a las del Fondo Monetario Internacional, organismo con el que está emparentado. Así, el indicador principal, es decir la evolución del Producto Bruto, será negativo en 1,7%.
El impacto de la crisis del país fue tan grande que el BM tuvo que bajar 3,5 puntos la previsión sobre la Argentina, ya que en su último informe esperaba que en 2019 incluso la economía creciera un 1,8%. Con la publicación de este informe, ahora ya los tres principales organismos internacionales con los que el Gobierno tiene relación (Banco Mundial, FMI y la OCDE) ajustaron sus pronósticos y prevén que la recesión se extenderá.
"En la Argentina, la crisis monetaria y el endurecimiento asociado de las políticas monetarias y fiscales, junto con el efecto de una grave sequía en el sector agrícola, dieron lugar a una contracción de la actividad. El programa de austeridad fiscal (acordado con el FMI) será desafiante", opinó el Banco Mundial.
"Se espera que la economía de la Argentina continúe contrayéndose en 2019, ya que la consolidación fiscal profunda conlleva una pérdida de empleo y una reducción del consumo y la inversión, y a medida que las altas tasas de interés ponen en tensión los balances de las empresas y frenan la inversión privada", fue el panorama que trazó el organismo.
Además, señaló al país como un ejemplo de que no se deben subestimar los cambios de humor en el mercado. "Los riesgos para la perspectiva regional permanecen inclinados a la baja. La experiencia de Argentina en 2018 es un claro recordatorio del riesgo de cambios repentinos y generalizados en el sentimiento de los inversores", apuntó.
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