En este marco, fuentes del sector afirmaron que esta medida se trasladará a un aumento en los precios de los productos. “Estamos con una carga impositiva demasiado alta, es difícil no trasladar un nuevo costo. Le pedimos a las autoridades que nos bajen nuestros costos operativos, que nos bajen los impuestos. Son demasiado altos”, expresó a El Destape Ricardo Zorzón, presidente de la Cámara Argentina de Supermercados.
Sobre este punto, explicó que es inevitable un aumento en los precios debido a que “los costos operativos en los supermercados hoy están en un 35%, de los cuales alrededor de un 20% se van en sueldos, y el resto en impuestos y alquileres”, por lo cual “todo lo que viene por arriba de eso hay que trasladarlo a precios”.
Por su parte, Miguel Calvete, presidente del Instituto de Estudio de Consumo Masivo (INDECOM) y presidente de la Federación de Supermercados Chinos aseguró a este medio que la medida del Gobierno “afecta a todo el sector, sobre todo a la industria PyME” y que “va a generar una inercia inflacionaria”.
Respecto al traslado a precios, afirmó que “habrá una incidencia” y que “en mayor o menor medida repercute, sobre todo, en el tema de los combustibles y el costo de distribución”. También adelantó que desde INDECOM analizan una “proyección interanual de entre el 32 y el 34% por los aumentos programados que hay de acá a fin de año”.
Es importante tener en cuenta que el aumento no será sólo para estos grandes comercios: en el caso de las PyMEs, será de un promedio de entre un 10 y un 20%, y de alrededor del 24,4% para el consumidor residencial, es decir, los ciudadanos y ciudadanas comunes que deben hacer sus compras y gastos diarios, a los que deberán sumar los aumentos en supermercados desde agosto.
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