Según relevó Ámbito Financiero, a fines de junio el propietario retiró las pertenencias. Hoy está vacío. Sólo la barra, algunas botellas y los caños de las banquetas (sin sus correspondientes asientos) permanecen tras las cortinas cerradas con candado. Diarios viejos y "servilleteros" vacíos se observan contra las ventanas.
Su último dueño sostuvo que "fue por falta de laburo. En los últimos años se vino a pique el consumo". Agregó que estaba al frente del lugar "hace 37 años" y que "era parte de una sociedad", aunque en los últimos años él quedó al frente. Sobre la posibilidad de abrir un nuevo comercio en otro lugar, remató: "Tengo todas las cosas, pero está complicado. El rubro está atravesando un momento difícil".
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