Ajuste PRO en salud: el Gobierno frenó la construcción de siete hospitales de alta complejidad casi terminados

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Ajuste PRO en salud: el Gobierno frenó la construcción de siete hospitales de alta complejidad casi terminados
En pleno debate por el impulso del Gobierno a la polémica Cobertura Universal de Salud (CUS) y a contramano del eslogan "obra que se empieza, obra que se termina", que el presidente Mauricio Macri y sus funcionarios repiten cada vez que pueden, denunciaron que el Ejecutivo de Cambiemos tiene congelada la finalización de la construcción de siete hospitales de alta complejidad.


Según un informe de la Fundación Soberanía Sanitaria que reveló en principio Página 12, se trata de una decisión de Macri de reducir el presupuesto destinado a poner en funcionamiento completo a siete hospitales que hoy “podrían haber atendido 30.700 internaciones, 14.300 partos, 8.730 cirugías y 1.693.000 consultas externas” anuales, que como conclusión significaría privar de una atención en este tipo de complejos asistenciales a cerca de un millón de personas.

Los hospitales de alta complejidad que están funcionando en forma limitada o directamente cerrados son los del Bicentenario de Esteban Echeverría, Ituzaingó, Escobar –los tres en provincia de Buenos Aires–, y de Paraná, en Entre Ríos. EN la misma situación están los complejos Samic (Servicio de Atención Médica Integral para la Comunidad) de Cañuelas, Gregorio de Laferrere y Rafael Castillo.

El informe precisa que “el valor total de las obras de los Hospitales de Paraná, Esteban Echeverría e Ituzaingó era de $1.445.702.623,31, de los cuales $1.214.384.495,04 ya habían sido abonados por el gobierno saliente (de Cristina Kirchner), restando abonar a la gestión de Cambiemos, tan solo $231.318.128,27”.

Asimismo, de los $231.318.128,27 que debía abonar la administración PRO, $84.770.215,51 corresponden al Hospital de Paraná, $72.492.572,44 al de Esteban Echeverría y $74.055.340,32 al de Ituzaingó.

En el informe “Una manada de Elefantes Blancos” -en referencia al edificio de 14 pisos, en Villa Lugano, que iba a ser el hospital público más grande de América Latina, abandonado definitivamente tras el golpe de 1955 y que ahora el gobierno va a pagar por demoler-, explican que el gobierno anterior dio comienzo a la construcción de hospitales “en zonas densamente pobladas de la provincia de Buenos Aires como La Matanza, Ituzaingó, Esteban Echeverría, Cañuelas y Escobar” y también en Paraná, Entre Ríos.

Algunos de estos fueron concebidos como “centros de referencia para los procedimientos de alta complejidad (Hospitales Samic), otros como hospitales para atender a la comunidad en general y particularmente a los afiliados del PAMI”, denominados Del Bicentenario.

Desde la asunción de Macri y de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, “se paralizaron o suspendieron todas las actividades programadas para poner en funcionamiento” a los Hospitales del Bicentenario. Muchos de estos hospitales dieron comienzo a sus actividades de manera parcial en 2015. En otros casos, “se pusieron en funcionamiento los consultorios externos, camas de internación, vacunatorios, el área de diagnóstico por imágenes y los laboratorios”, lo que demuestra “el estado de avance de las obras que, en la mayoría de los casos, se acercaba al 90 por ciento de ejecución”.

Además, el Presupuesto 2018 que envió al Congreso el macrismo contiene un duro ajuste de 1% para el Ministerio de Salud, si se pondera el dinero que recibirá con una inflación promedio de 15,7% el año próximo. El programa de vacunas reduce sus recursos un 12%, el de VIH/SIDA se achica un 11,8%, en Médicos Comunitarios se disminuye un 38,3% y en Madre y Niño un 12,7%, entre otros.



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